martes, 19 de enero de 2016

Los signos de puntuación.


El punto:
Punto y seguido: separa frases y oraciones dentro de un párrafo.
Punto y aparte: separa párrafos distintos.
Punto final: cierra un texto.


La coma:
En enumeraciones: Compramos lápices, gomas, sacapuntas, ceras y rotuladores.
Para aislar una explicación o aclaración: Sabina, mi cantante preferido, actúa hoy mismo.
Para aislar el vocativo (persona a quien nos dirigimos): Es la última vez que te lo digo, Pedro.
Sustituye al verbo (elipsis): Nieves va en metro; yo, en autobús.
Delante y detrás de enlaces como no obstante, o sea, en efecto…: Lo hizo, en efecto, cuando él quiso…
Delante de conjunciones o locuciones conjuntivas como pero, aunque, así que, porque…: No la he visto hoy, pero no me preocupa.

El punto y coma:
Separa los miembros de una enumeración que tiene comas: Compramos acelgas, zanahorias, perejil; visitamos el centro histórico, las afueras; fuimos al teatro y al cine.
Separa proposiciones no relacionadas por conjunciones, sobre todo si llevan comas: A su madre le gusta el cine; a su padre, la música.
Tras una oración extensa seguida de no obstante, sin embargo, mas, pero, aunque: Después de mucho caminar y caminar, plenamente convencido de lo que hacía, consiguió la cima; sin embargo, no se mostró satisfecho.

Los signos de interrogación y de exclamación:
Se utilizan respectivamente, para preguntar directamente algo y para expresar la intensidad de una emoción: ¿Quieres venir? ¡No aguanto este dolor!
¡ATENCIÓN!
En castellano se escriben los signos tanto al inicio como al final de la interrogación o de la exclamación. En catalán, sólo al final excepto en oraciones muy largas.

Los dos puntos:
En el encabezamiento de cartas y documentos: Estimado amigo:
Antes o después de una enumeración: Un lápiz, una goma y un bolígrafo: era lo único que tenía.
Antes de una cita textual o de las palabras de un personaje: Descartes dijo: “Cogito, ergo sum”.
Relacionan proposiciones que no llevan enlaces: Se hizo de noche: volvieron a casa (consecuencia).



Los puntos suspensivos:
Al final de una enumeración, en lugar de etc.: Tengo lápices, sacapuntas, gomas…
Indican algo inacabado; también vacilación, duda: Si supieras…; Es posible…aunque no sé…
Entre paréntesis o corchetes, indican que a un texto citado se le ha omitido una parte: (…), […].

Los paréntesis:
Intercalan algún dato o precisión: En Alfafar (Valencia) están en fiestas.
En las acotaciones de las obras de teatro: Luisa. (Asustada) ¿Qué es eso?


Las comillas:
En una cita textual o título de un artículo: “Los árboles se abrigan en verano”, escribió Cortazar.
Para las palabras de otra lengua o impropias: El “jogging” se practica cada vez más.
Para resaltar el significado de una palabra o hablar del lenguaje mismo: Las vocales “iu” forman un diptongo.

La raya (guión largo):
Para las aclaraciones o incisos: Su hermano –buen estudiante- se llama Luis.
En los diálogos: -¿Y qué dijo?           -Que ya te llamaría.
Para los comentarios del narrador a las intervenciones de los personajes: -Si te vuelvo a ver –le dijo, indignada- no te escapas.

El guión:
Para separar palabras compuestas: italo-árabe…
Para dividir una palabra a final de renglón.

¡ATENCIÓN!
En castellano las palabras nunca se apostrofan: de + el = del  y no  d’el. No es correcto escribir: l’autonomía sino la autonomía / d’ébano sino de ébano.

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